A quien pueda interesar.

Parecería un plan bien estructurado desde las altas esferas de la Junta militar que intenta gobernar Cuba, el provocar a personas de paz, que sencillamente no comprendemos cuál es el pecado cometido al discernir de las políticas públicas erróneas que nos oprimen, nuestra elección justa a escoger otro camino más próspero y democrático.

Desde hace mucho tiempo venimos denunciando por cuanto medio desee reproducir y ayudar a divulgar nuestras amargas aventuras, y hemos insistido, demostrado que existe la estrategia de estigmatizar en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos a los que pensamos distinto, diferimos o sencillamente disentimos a la línea oficial de Partido Único que se le autoriza a la ciudadanía en Cuba.

Ante la crisis económica continuada y sostenible que mantenemos nuestros amigos, familiares y colegas, por el más lógico, simple y elemental derecho a defender nuestros derechos a pensar y actuar distinto, recientemente determinamos, a pesar de los riesgos que conlleva convivir con extraños que no conocemos en casa, el estrechar nuestra comodidad hogareña y alquilar un cuarto de nuestro pequeño reino sin caballos, con el objeto tan siquiera de mal comer y tener para transportarnos.

Sorprendentemente hace tres días, un vecino nuestro vino a casa, como enviado del cielo con un matrimonio de campesinos con un hijo para recomendarles, según pudimos valorar eran personas humildes, que huyen desde provincias de la apretada agenda que nos depara a todos el vivir nuestro día a día en nuestro país bajo las leyes draconianas del Estado.

Lo primero que tratamos con total transparencia fue nuestra condición de disidentes abiertos a los Estados y todos los etcétera que conlleva arrastrar estos estigmas, pesadilla. Inmediatamente la esposa del señor que se alquilaria en el cuartito, nos aseguró que ella había hablado sobre el tema con un mayor militante que era su jefe inmediato en la unidad del frente de nuestra casa, quedábamos sorprendidos y esperanzados en que en algún momento de nuestras vidas, volvería a ser normal nuestro país de paz.

En el día de ayer, con lágrimas en los ojos, la señora, quien por lógica deductiva no ponemos sus nombres en este momento, nos ha comunicado que el señor Mayor, jefe de ella, le ha expulsado arbitraria y bochornosamente del mismo frente a todos, obviando la Constitución de la República, dónde en su artículo 9 inciso (b) apartado primero se establece "No hay hombre o mujer en condiciones de trabajar, que no tenga oportunidad de obtener un empleo, con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus propias necesidades"

El señor Mayor de esta unidad, obvia y pisoteando el código penal, también olvida los pesares por los que pueden estar pasando estos seres humanos, que ha humillado y nada han tenido que ver con los miembros del Club Anarcocapitalista de Cuba CAC

Denunciamos una vez más ante la opinión pública nacional e internacional los abusos que se acometen desde el poder, y la estigmatización a los que pensamos pacíficamente diferente.  

Junta directiva del Club Anarcocapitalista de Cuba CAC

La Habana, 10 de noviembre del 2014