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miércoles, 12 de febrero de 2014

Placitas Estatales.

Lic. Nelson Rodríguez Chartrand. Periodista Productora Independiente Criollo Liberal, febrero 10,2014.

Oír hablar de placitas estatales me hace recordar los cuentos infantiles que me hacia la abuela para hacerme dormir o para controlar mi ingenua insubordinación infantil, sin saber nunca, que muchas de las veces optaba por fingir el sueño o subordinarme a su mandato para librarme así, de esos relatos ingenuos en los que ya yo no creía.

Pues bien; estos establecimientos estatales, especializados en la comercialización de los altamente demandados productos agrícolas, surgieron con la idea de proteger al pueblo trabajador de los altos precios en que eran vendidos dichos productos, por los llamados kioscos particulares.

La estrategia utilizada por el gobierno en este nuevo intento de glorificar su imagen, consistió, simplemente, en la fijación de precios topados (máximos), más atractivos que los ofertados en los kioscos particulares, para de esta manera acabar solapadamente con la propiedad privada, tratando de presentarla, una vez más, como la causa universal de todos los males que acaecen en la humanidad.

Pero como ya estamos acostumbrados a estos ensayos infructuosos o cuentos infantiles del gobierno, el nuevo proyecto no albergó entusiasmo alguno en el pueblo, actitud consciente, necesariamente adquirida, para menguar el efecto del sufrimiento constante producido por las continuas frustraciones.

Y así fue, la sabiduría del pueblo no se equivocó, y al poco tiempo estas placitas se convirtieron en espacios totalmente desolados y desabastecidos, debido a que sus progenitores, no fueron capaces tan siquiera, darles de comer.
Y así coexistieron inexplicablemente las lápidas de las placitas estatales con los florecientes kioscos particulares.

Pero la enraizada incapacidad del gobierno de dar su brazo a torcer, hizo que a finales de diciembre pasado, tomara la desatinada e irrisoria decisión de desatenderse de las ya casi exhumadas placitas, y confiarlas al cuidado y protección de las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA ).

Como es lógico, esto produjo un desconcierto total en la población y en especial en los trabajadores y asociados de las CPA, toda vez, que estas instituciones, desde hace muchos años, no son capaces productivamente ni siquiera, de autoabastecerse.
¿Qué sucede ahora, en este mismo instante?

Pues nada, como era de esperar, las Cooperativas no pueden ni mucho menos mantener a sus hijas adoptivas , por lo que tienen que acudir a terceros (pequeños agricultores, por lo general) para adquirir los productos a comercializar, hecho este, como es lógico, hace encarecerlos a niveles muy próximos a los de los particulares, sin tener en cuenta que en muchos de los casos, el pueblo consumidor prefieren adquirirlos en estos, debido a que la calidad de los productos ofrecidos por las placitas o establecimientos estatales deja mucho que desear, hasta el punto de llegar a ser, verdaderamente inconsumibles.

Y así las cosas amigo lector, me atrevería a profetizar, sin reserva alguna, que está a punto de salir a la palestra pública un nuevo cuento de hadas para intentar nuevamente hacernos dormir.


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