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miércoles, 16 de febrero de 2011

Reflexiones sobre la cobertura de Egipto

Adrián Fernández | 2011-02-15, 13:15
Los sucesos de Egipto que terminaron con la salida del poder del presidente Hosni Mubarak acapararon por casi 20 días la atención mundial, registraron en términos periodísticos algunas novedades importantes y por otro lado reafirmaron tendencias que ya se veían en otras coberturas anteriores de eventos de tal magnitud.

Al igual que otras grandes noticias internacionales recientes, fueron muy pocos los medios de países latinoamericanos que enviaron a sus propios periodistas a Egipto, y los pocos que fueron lo hicieron relativamente tarde cuando los acontecimientos llevaban ya varios días.
Las distancias y los costos de este tipo de coberturas muchas veces ayudan a que los medios latinoamericanos confíen exclusivamente en agencias o cadenas internacionales de noticias para informar a su público sobre hechos como los de Egipto.

A medida que se desarrollaba el drama en las calles de El Cairo, periódicos como el New York Times de Estados Unidos o The Guardian de Gran Bretaña y cadenas como la CNN y la BBC aumentaban también los recursos destinados a cubrirlo, pero el gran descubrimiento, al menos para los estadounidenses, fue que el gran "ganador" entre todos los medios ha sido el canal de televisión satelital Al-Jazeera en inglés.

El canal de televisión qatarí es visto por amplios sectores de Estados Unidos como vocero del radicalimso islámico, especialmente después de que el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld describiera a su cobertura de la guerra en Irak como "perversa, inexacta e inexcusable" en 2006.

Sin embargo, buena parte de la prensa estadounidense, especialmente los noticieros de televisión, utilizaron a Al-Jazeera como fuente y lo citaban a cada momento durante los sucesos de Egipto.
Se dice que en la Casa Blanca siguieron de cerca las protestas de los egipcios sintonizando CNN y en otro televisor Al-Jazeera.
Según se ha informado, miles de estadounidenses pidieron a sus empresas de cable que comienzen a transmitir la versión en inglés del canal árabe. Actualmente Al-Jazeera solo se puede ver en tres ciudades estadounidenses: Washington D.C., Burlington en el estado de Vermont y Toledo en Ohio.

Por otro lado, mucho se ha hablado sobre el papel que jugó internet y sobre todo las redes sociales en la organización de las manifestaciones antigubernamentales y algo de cierto ha de haber en todo eso ya que en un momento el gobierno se sintió acorralado e interrumpió la transmisión de los canales de noticias por satélite y suspendió el servicio de internet.

Mientras que no se puede medir a ciencia cierta en cuánto contribuyeron Facebook y Twitter en la preparación de las protestas, si podemos decir que por primera vez en un acontecimiento de importancia internacional hubo una interactuación directa entre los protagonistas de la noticia y los periodistas y medios que la cubrían, especialmente en cuanto a correcciones o precisiones se refiere, haciendo los primeros de una especie de "editores online" de los segundos.

Me explico; por primera vez los blogs y tweets de los manifestantes influyeron de forma directa en la manera en que las grandes cadenas o agencias cubrieron la noticia.
De acuerdo al New York Times, después que un participante en la plaza Tahrir twiteara que la situación allí podía ser descripta como un levantamiento o una revuelta, CNN cambió la cintilla con el titular de "Caos en Egipto" a "Levantamiento en Egipto".

Cuando los matones enviados por el gobierno comenzaron a atacar a los manifestantes, los primeros titulares de algunas cadenas señalaban "las protestas se tornan violentas", mientras que a los ataques unilaterales en un principio se los llamó "enfrentamientos" entre grupos.
Pero tales caracterizaciones fueron corregidas rápidamente gracias a las aportaciones y precisiones de gente común desde sus páginas de Facebook o Twitter y de bloggeros. Y las cadenas esta vez, la mayoría de las veces les hicieron caso.

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