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lunes, 13 de diciembre de 2010

Ponencias.


LA HABANA, Cuba, diciembre de 2010
Joisy garcía Martínez.
Son variados los criterios existentes sobre las (TIC.) tecnologías de la información y las comunicaciones en el mundo, todos lo hacen según sus intereses y con el dinamismo que caracteriza a cada individuo- comunicador, son formas nuevas de ofrecer noticias y opiniones cada vez más innovadoras en la necesaria diversidad de criterios.
Para tener una idea y dos puntos de vista, publico estas dos excelentes ponencias de Miriam Celaya González y Dimas Castellanos, quienes participaron como alumnos- profesores en la primera academia blogger de Cuba.
Periodismo ciudadano: un canal de la sociedad civil


Miriam Celaya González. Portal digital Desdecuba.com
Eva González. Blog sinEVAsión. http://www.desdecuba.com/sin_evasion


Introducción


El debut de la prensa en la Web ha cumplido ya diez años. Desde entonces han sido muchos los avances en los medios digitales que han permitido en las sociedades desarrolladas el establecimiento y consolidación del ciberperiodismo o periodismo digital (Salaverría, R. 2005)1 como una forma de utilizar las potencialidades tecnológicas, editoriales y económicas que ofrece Internet para la producción y difusión de la información. A lo largo de esta década, las características expresivas de este nuevo periodismo, como la hipertextualidad y sobre todo la interactividad, favorecieron el surgimiento del periodismo ciudadano.


Son muchas y muy variadas las definiciones que tratan de conceptuar el periodismo ciudadano como fenómeno de la información contemporánea. No es una tarea fácil, toda vez que este tipo particular de periodismo guarda una estrecha relación con el contexto social en el cual se produce, y aquellos que participan en él –sea como redactores, colaboradores o lectores- lo definen de acuerdo a realidades, percepciones e intereses específicos. Es así que podría afirmarse que no existe un tipo de periodismo ciudadano, sino que este es una nueva forma de relacionar la noticia y la opinión con el público: un público que deja de ser pasivo para participar en la noticia, un periodismo hecho para el ciudadano2


El periodismo ciudadano está caracterizado por una multiplicidad de matices, objetivos, receptores y marcos referenciales, entre otros elementos; no obstante, existen caracteres comunes y esenciales susceptibles de aplicarse a todo el amplio espectro que abarca, como son la utilización del ciberespacio para su desarrollo, la economía de recursos financieros y materiales en comparación con la prensa plana y un carácter más inclusivo y democrático, toda vez que supera el signo elitista que caracteriza a aquella.


Algunas opiniones consideran que, transcurrida la primera década de experiencia del ciberperiodismo, el periodismo ciudadano ha superado la fase experimental y ha entrado en una etapa de pleno desarrollo. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el surgimiento y progreso de éste se produjo en las que conocemos como sociedades de la información, donde el ejercicio noticioso, el dominio de la tecnología digital y su profusa utilización social favorecieron su desarrollo relativamente acelerado. Dicho avance no podría ser simultáneo ni homogéneo a nivel global; es así que –con independencia de la voluntad de los interesados en propiciar su práctica o de su capacidad potencial para hacerlo- no en todos los casos se cuenta con la infraestructura tecnológica idónea para su desarrollo ni con el marco social que permita incrementarlo.


El propio concepto “periodismo ciudadano”, pretende definir un fenómeno relativamente novedoso a partir de dos vocablos cuyas acepciones fueron establecidas desde mucho tiempo atrás: “periodismo”, concebido como uno de los pilares básicos de la modernidad desde el siglo XIX; y “ciudadano”, cuya definición se remonta en la historia hasta la Roma Clásica. No obstante, casi todos los debates en torno a este punto (la definición en sí) proponen la idea general de que estamos frente a un tipo de ejercicio cívico independiente de los intereses que tradicionalmente han dimanado de los centros del monopolio de la información reflejados en la prensa plana, propiedad de grupos élites vinculados directa o indirectamente a determinados sectores poderosos de la economía, de la política y de la ideología.


Es así que periodismo ciudadano y sociedad civil están estrechamente vinculados. La tendencia actual del desarrollo social se encamina a una participación cada vez más activa de los individuos o asociaciones de éstos en todas las esferas de la vida. Históricamente el periodismo ha abierto canales de opinión en correspondencia con las etapas particulares de ese desarrollo. En la actualidad, a tenor de la confluencia entre el desarrollo tecnológico y los avances sociales a nivel global, el periodismo ciudadano es un salto que permite impulsar hasta niveles más altos el desarrollo de la sociedad civil.


Es decir que en virtud de las posibilidades que ofrece la informatización con el desarrollo de Internet, el periodismo ciudadano nace como respuesta a una necesidad social donde el individuo, la comunidad o grupos sociales o regionales buscan un espacio de expresión, de reproducción de sus intereses específicos, que por diferentes causas no están representados en el periodismo tradicional. Es la voz desde el ciudadano más allá de los lineamientos o de los esquemas más o menos reproductores de ideologías propios de los grandes productores de noticias y que tiene la posibilidad de alejarse de cualquier tendencia –sea de grupos económicos o de sectores políticos- que suponga algún tipo de exclusión.


Periodismo clásico y periodismo ciudadano son, pues, maneras diferentes de producir y divulgar la noticia y la opinión, así como niveles y formas distintas de participación y apropiación de éstas; pero ambos no son excluyentes entre sí. Más bien el periodismo ciudadano es una modalidad que enriquece, diversificándolo, el panorama informativo social allí donde existe la sociedad de la información, o bien puede abrir brechas al monopolio de la prensa en el caso de las sociedades cerradas.

Periodismo ciudadano en Cuba: retos y realidades


Las circunstancias particulares de Cuba dan lugar a una paradoja: la necesidad del periodismo ciudadano como medio para enfrentar el monopolio de la prensa por parte del Estado y, simultáneamente, la ausencia de la infraestructura tecnológica y de derechos civiles para su libre ejercicio. En nuestro caso particular, el Estado no solo controla la prensa plana, sino que limita y monitorea desde el país el acceso a Internet, lo que dificulta el desarrollo de un verdadero periodismo ciudadano. La mayoría de los sitios virtuales desde la Isla son, como la prensa plana, parcelas del Estado, quien reproduce en las Web los espacios oficiales, manipula la información y ofrece una visión parcializada y tendenciosa de la realidad.


La situación de estancamiento que vive la sociedad cubana contemporánea, unida a la necesidad de implementación de cambios estructurales profundos y a la inexistencia de verdaderos espacios de debate cívico para analizar la complejidad de la crisis que afecta a todos y establecer propuestas desde los ciudadanos, son también premisas que evidencian la necesidad y potencialidades del periodismo ciudadano como foro alternativo.


Es en este marco en que surgen las primeras manifestaciones de periodismo ciudadano en la Isla, como respuesta a la carencia de espacios efectivos donde se haga valer la opinión alternativa y se reflejen aquellos acontecimientos, opiniones e imágenes de Cuba que no encuentran cabida en los medios de prensa. El periodismo ciudadano en Cuba tiene muy corta cronología y puede afirmarse que constituye el primer espacio de opinión democrático participativo de carácter espontáneo que ha surgido dentro de la Isla después de medio siglo de monopolio del Estado sobre los medios de difusión.


Ventajas del periodismo ciudadano como canal de la sociedad civil en Cuba


  • Por las características de ser una sociedad cerrada cuyos medios de difusión son monopolio particular del gobierno, existe una imperiosa necesidad de expresión por parte de los individuos, que el periodismo ciudadano puede canalizar.

  • Por ser Internet el soporte en el cual se desarrolla, el periodismo ciudadano escapa más a los controles oficiales, superando además el carácter ilegal que se atribuye a las publicaciones planas no autorizadas por el gobierno. Se trata, pues, de un periodismo “no punible” al no detentar el Estado la propiedad sobre el soporte de difusión que se utiliza ni sobre la participación u opiniones que a través de éste se vierten.

  • Se crean redes de opinión alternativa, lo que contribuye a sentar las bases para el desarrollo del espíritu cívico, largamente silenciado por el gobierno. Esto supera la estandarización noticiosa o informativa que imponen los medios de difusión al servicio del poder

  • Se crean vínculos, no solo entre grupos de ciudadanos interesados, sino también entre diferentes Web. En nuestro caso estos vínculos cobran particular importancia al establecer un canal de comunicación entre los cubanos de la Isla y los que se encuentran en el exilio. Debido a las restricciones y dificultades de acceso que tienen los cubanos de la Isla a Internet, estos emigrados muchas veces actúan como difusores, tanto de las noticias como de las opiniones que emiten los blogs personales y otras publicaciones digitales desde el interior, reenviando vía e-mail a sus familiares y amigos de Cuba los trabajos que de otra forma no se difundirían. A la vez los que participan desde el exterior, sea con colaboraciones o con opiniones, también inciden favorablemente en el diálogo.

  • No precisa de la participación de periodistas profesionales (si bien tampoco se excluyen éstos), sino solo del interés de los ciudadanos en participar en tanto cuenten con un nivel mínimo de conocimiento que les permita expresar con claridad sus ideas y equipamiento material.


  • Supera el carácter pasivo del llamado lector espectador para dar paso al lector activo o lector crítico, es decir, un lector participante: una vía democrática e incluyente de participación ciudadana en la sociedad cubana actual.


Limitaciones actuales


  • Resulta imposible en las condiciones actuales adquirir desde Cuba un dominio en Internet, por lo que se precisa en todos los casos del apoyo de algún residente en el extranjero que pueda acceder a dicho servicio y ofrezca la posibilidad de su uso a cubanos de la Isla.

  • El acceso a Internet desde Cuba es extremadamente limitado y permanece bajo estricto control del Estado, por lo que éste tiene la capacidad de bloquear el acceso desde la Isla a aquellas Web que no resulten de su agrado o que considere, de alguna manera, un peligro potencial para el gobierno. En este caso se encuentra cualquier espacio alternativo.


  • La pobre (casi nula) infraestructura tecnológica, en general, y la escasa presencia de espacios de apoyo no oficialista a esta actividad específica.

  • El temor generalizado a expresar su opinión por parte de amplios sectores de la población, generada por la coacción y la represión desde el Estado, a partir del principio reaccionario de la condena a la opinión diferente (“los que no están conmigo están contra mí”), con el fin de anular o desestimular el desarrollo de espacios de opinión no controlados por el gobierno y el consecuente fortalecimiento de la sociedad civil.


  • El hecho de no constituir ésta, en general, una actividad lucrativa y sostenerse solo mediante la voluntad de los interesados y la solidaridad de amigos del exterior que la apoyan, tiende a desestimular una participación mayor, toda vez que amplios sectores de la población de la Isla invierten la mayor parte de su tiempo en actividades relacionadas con la propia supervivencia.


Conclusiones


  1. Puede afirmarse que en Cuba el periodismo ciudadano se encuentra en una fase inicial, de experimentación, pese a lo cual ha venido demostrando sus potencialidades como canal de desarrollo para la sociedad civil.
  2. A contrapelo de todas las limitaciones de la infraestructura tecnológica y de las acciones restrictivas que ejerce el gobierno a fin de frenar (ya que no le es posible anular) la creciente participación de ciudadanos independientes de la Isla, esta variante ha demostrado en un breve tiempo su capacidad para la liberación del pensamiento alternativo que ha estado silenciado durante décadas en el país.
  3. El periodismo ciudadano permite superar las limitaciones ideológicas que imponen las tendencias políticas oficiales y las de la oposición, toda vez que convoca y representa a toda la sociedad en su conjunto y no a intereses sectarios. Es decir, sin suprimir las opiniones políticas, el periodismo ciudadano ha creado la posibilidad de un debate amplio e inclusivo, superando el marco estrecho de “programas” o plataformas dimanadas de líderes o minorías.
  4. A pesar de su naturaleza esencial como vehículo portador de opiniones independientes, el periodismo ciudadano en Cuba resulta dependiente desde el punto de vista legal y tecnológico al no contar sus animadores, desde la Isla, con la capacidad de alquilar y administrar libremente un dominio ni contar con todos los medios técnicos que se pudieran utilizar en la Web.
  5. Es preciso sostener el trabajo que se ha desarrollado hasta hoy y apoyar el surgimiento de nuevos espacios que se incorporen a la blogosfera cubana, para lo cual resulta esencial continuar estrechando los vínculos entre los cubanos de dentro y los de la diáspora a fin de fortalecer el periodismo ciudadano como canal para la sociedad civil en Cuba.



Periodismo ciudadano y sociedad de la información

Dimas Castellanos del blog Emanaciones http://www.desdecuba.com/dimas

Introducción

Resultado de un largo proceso de convergencia entre avance tecnológico y democratización de la información y las comunicaciones emergió en los países más desarrollados la sociedad de la información: última y más profunda etapa de la evolución social, caracterizada por la conversión de la información en materia prima obligada de toda actividad humana. En la Declaración de Principios de la Cumbre Mundial sobre la sociedad de la información3, se define la comunicación como un proceso social fundamental, una necesidad humana básica y el fundamento de toda organización social. Partiendo de esa tesis, el propósito de esta ponencia es demostrar que el surgimiento del periodismo ciudadano, como forma de comunicación, responde al volumen de información alcanzado y a las exigencias del desarrollo social en la época de la sociedad de la información.

A lo largo de la historia, el crecimiento del volumen de información que los seres humanos fueron adquiriendo de sí mismos y del medio natural, al alcanzar determinada medida entró una y otra vez en contradicción con las formas de comunicación existentes, hasta ser desplazadas éstas por nuevas formas, en correspondencia con el nivel alcanzado y con las exigencias de la actividad humana. Efecto de esa lucha entre forma y contenido de la información, la humanidad transitó desde las manifestaciones prelingüísticas, pasando por el lenguaje articulado, hasta la invención de la escritura, repercutiendo en constantes avances del conocimiento hasta el surgimiento de los rudimentos científicos que, gracias a la imprenta y al libro impreso, confluyeron en el nacimiento de la ciencia moderna.

Una cadena de descubrimientos e invenciones, cada vez más complejos, fueron democratizando el uso de la información, otorgándole a ésta un progresivo carácter masivo y convirtiéndola en necesidad insoslayable para la actividad de millones de personas en todo el mundo.

Origen del periodismo

Aunque el periodismo, entendido como recogida, evaluación y transmisión de noticias surgió de forma casi paralela a la invención de la escritura, la primera publicación periodística conocida –el Acta Diurna, una hoja informativa que por orden de Julio César se colocaba diariamente en el Foro de la antigua ciudad de Roma– no apareció hasta el siglo I a.C.; mientras el primer periódico impreso, con bloques de madera tallados no vio la luz en China hasta los siglos VII y VIII d.C. Luego, en el siglo XV, la reinvención de la imprenta en Europa con tipos metálicos móviles, permitió la distribución de noticias de forma más rápida y fácil, generando una red de informadores encargados de poner al tanto de los hechos más relevantes ocurridos. Así, en algunas ciudades de Europa comenzaron a venderse hojas informativas que informaban de los acontecimientos ocurridos en otros lugares. En Venecia, por ejemplo, se vendían notas informativas manuscritas al precio de una gazzetta4, de donde procede la denominación genérica de las notas informativas en el resto del mundo y después, de los títulos de destacados periódicos. Con esos adelantos la prensa escrita comenzó a desempeñar un rol cada vez más decisivo en los procesos histórico-sociales.

La prensa escrita

La importancia y la ventaja de contar con información rápida de los hechos que ocurrían dentro y fuera de las fronteras no pasó desapercibido para los Estados, los cuales asumieron en muchos lugares el monopolio de la información periodística como factor de poder. Sin embargo, desde el inicio del siglo XVIII la demanda creciente de información para las múltiples actividades humanas requería de una mayor socialización, una exigencia de la práctica social que obligó a los Estados a ir levantando el monopolio establecido sobre los medios de comunicación escritos, para permitir que los particulares participaran en la edición de la prensa escrita de forma paralela al Estado. El Daily Courant de Inglaterra, primer periódico diario (1702), el francés Le Journal de París (1777), el estadounidense Pennsylvania Evening Post and Daily Advertiser (1783), el inglés The Times (1785);y en nuestra región la Gaceta de México (1722), la Gaceta de Lima (1743) y el Papel Periódico de La Habana (1790), son algunos ejemplos de lo anterior. La influencia ejercida por estos periódicos demostró a los políticos y a los Estados la importancia del periodismo impreso para moldear la opinión pública a su favor. Como resultado, se diversificaron cada vez más los medios de prensa escritos a la vez que tomaba fuerza la lucha por la libertad de prensa.

Vinculado con el dinamismo de la actividad humana en todas las esferas, el periodismo recibió la influencia de nuevos eventos de trascendencia entre los siglos XVIII y XIX. Destacan entre ellos: la Revolución Industrial, que iniciada en Inglaterra transformó la economía agrícola tradicional en producción mecanizada a gran escala; la Revolución Francesa, que echó los cimientos de la conciencia jurídica y la cultura política modernas; y la alfabetización en los países occidentales, que puso en capacidad de leer y escribir a millones de personas que devinieron consumidores de información. Esos y otros eventos, unidos a la disminución de los precios de los periódicos, gracias a la invención de técnicas como la del linotipo5, permitieron aumentar las publicaciones y sus tiradas para las multitudes de las grandes ciudades. Joseph Pulitzer6 y Randolph Hearst7 en Estados Unidos ejemplifican la creación de publicaciones destinadas a ese amplio sector poblacional.

A partir del descubrimiento de la electricidad8, invenciones como el telégrafo9, junto a los tendidos de cable10 y el teléfono11, propiciaron no sólo el surgimiento de diarios que como el New York Times cubrían con eficacia las cuestiones más destacadas de la actualidad nacional e internacional; sino también el nacimiento de asociaciones y agencias de prensa. Algunas de ellas, como la norteamericana Associated Press12 y la inglesa Reuters13, que continúan funcionando en la actualidad.

Del desarrollo de la prensa y de la libertad de expresión emergió el periodismo especializado en la investigación de aspectos de la realidad social, por lo que muchos escritores abandonaron la literatura para dedicarse por completo al periodismo de opinión. Desde mediados del siglo XIX aparecieron diarios que realizaban análisis exhaustivos de los sucesos del momento y de sus consecuencias. Ejemplos de ello fueron el inglés The Times, el español El Imparcial, y en América La Nación, de Buenos Aires y El Siglo, de Montevideo.

Junto a las nuevas tecnologías, el desarrollo del ferrocarril, la reducción del precio de la distribución postal, el crecimiento del número de industriales y comerciantes que necesitaban promocionar sus productos, entre otras razones, estimularon la creación y difusión de publicaciones de temas especializados con la utilización masiva de la ilustración y la fotografía, una técnica que alcanzó gran desarrollo desde mediados del siglo XIX. Así aparecieron en Alemania revistas ilustradas con enormes tiradas que se fueron extendiendo al resto del mundo. De igual forma la fotografía comenzó a utilizarse en la prensa diaria y en los suplementos dominicales. La prensa escrita alcanzaba en ese momento su punto más elevado.

La prensa audiovisual

A principios del siglo XX el creciente volumen de información y las exigencias de su inmediatez obligaron a la prensa escrita a buscar soluciones. Una de las respuestas fueron las ediciones matutina y vespertina. Sin embargo, primero la masificación del cine14 –fotografía en movimiento– y luego la invención de la radio15 permitieron el tratamiento instantáneo y continuo de las noticias, dando origen a los diarios hablados, los cuales superaron con creces a las ediciones de la mañana y la tarde de la prensa escrita. La importancia de la radio se acrecentó durante la II Guerra Mundial, al llevar a los hogares las noticias, casi de forma instantánea, a millones de radio oyentes en todas partes del mundo. Gracias al cine y a la radio, el periodismo audiovisual asumió una función cada vez más social y miles de nuevos periodistas se incorporaron a la difusión de información, desplazando a la prensa escrita de su lugar cimero. Ese fenómeno se produjo nuevamente a mediados de siglo XX con la aparición de la televisión16, la cual unió, a las ventajas de la radio y el cine, el poder de la imagen que era exclusividad de la prensa escrita, con la ventaja que su consumo se podía hacer sin salir del hogar.

Las autopistas de la información

La presión de las necesidades crecientes de información sobre las formas de comunicación condujo en el siglo XX al surgimiento de las novísimas tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), especialmente en el campo de la tecnología de los ordenadores desde la aparición de las computadoras digitales en la década de 1940, con las que, mediante la utilización de las redes informáticas y los dispositivos auxiliares, el usuario de un ordenador puede transmitir datos con gran rapidez. Estas tecnologías permiten: que los espectadores asistan en directo a acontecimientos que están teniendo lugar en otras partes del planeta; que los periodistas consulten casi instantáneamente enormes cantidades de información; y que los diarios electrónicos puedan llegar directamente a los terminales de los usuarios sin necesidad de imprentas, transportes o vendedores de prensa. Un ejemplo de lo anterior es la cadena estadounidense Cable News Network (CNN) que emite noticias y reportajes informativos por cable y por satélite las 24 horas del día a todo el mundo.

Con las TICs el periodismo se montó en las autopistas de la información. Muchos periódicos cuentan con una página web. De forma paralela, debido al relativo bajo costo de las comunicaciones y de los ordenadores, el monopolio de las grandes empresas informativas, privadas o estatales, tienen que enfrentar una competencia por parte de grupos, facciones, instituciones, partidos políticos y particulares que ratifican, corrigen, complementan o contradicen sus puntos de vista. Es en ese contexto de democratización de la información que emerge la última forma conocida de prensa: el periodismo ciudadano.

El periodismo ciudadano

El periodismo ciudadano, una nueva etapa de la prensa, nace del perfeccionamiento de las formas de comunicación, que se corresponde con las necesidades de la sociedad de la información, caracterizada por el empleo masivo de las TICs y por la participación ciudadana (no profesionales) en la producción e intercambio de información sin tener que someterse al Estado, a las instituciones o a las políticas editoriales. Es, por tanto, una nueva forma que asume el periodismo en la sociedad de la información.

Al contener y permitir la realización de otros derechos y libertades, constituye la última y más desarrollada forma de libertad y una valiosa herramienta para promover la participación. La libertad de prensa, la más perfecta de las libertades, asume con el periodismo ciudadano su más alta cota conocida en el desarrollo humano; mientras su ejercicio constituye una expresión de dignidad y de libertad de opinión en el ciberespacio.

Por las razones anteriores el periodismo ciudadano coadyuva a que las personas y la sociedad civil puedan desempeñar el rol de sujetos activos en los procesos sociales y constituye fuerte antídoto contra todo intento totalitario de anular la individualidad.

En Cuba, la represión contra los intentos ciudadanos de hacer uso de la libertad de prensa cuenta con una historia que va desde la ejecución del joven tipógrafo Eduardo Faccioso, en plena época colonial, hasta las presiones e impedimentos técnicos actuales para que los ciudadanos no puedan acceder a Internet libremente como productores o consumidores de información. Sin embargo, como esta forma de periodismo se realiza desde el ciberespacio, donde el control es imposible en la sociedad de la información, las disímiles formas de represión se tornan inútiles en ese intento.

Conclusiones

El periodismo ciudadano, resultado lógico del desarrollo, constituye una etapa de la evolución del periodismo que se corresponde con las posibilidades tecnológicas, con las necesidades de la práctica social, con el proceso de democratización de la comunicación y con el gigantesco volumen de información correspondiente a la etapa conocida como sociedad de la información.

Por su carácter democrático y participativo, al propiciar y potenciar la socialización de las ideas, deviene instrumento decisivo para la participación ciudadana y una insoslayable necesidad del desarrollo social e individual en cualquier parte del mundo.

Con el periodismo ciudadano no desaparecerán sus formas precedentes. La historia de la comunicación demuestra que las nuevas formas, emergidas de las anteriores, constituyen un salto respecto a ellas, las contienen y las superan, pero no las eliminan, sino que conviven en una nueva interrelación. Eso explica que actualmente, paralelo a las autopistas de la información, coexistan la televisión, la radio, el cine, los periódicos, los libros, las revistas y convivirán con las nuevas formas de periodismo que seguramente surgirán antes de lo que podemos imaginar.




1 Este autor asume el término ciberespacio para definir la especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para investigar, producir y, sobre todo, difundir contenidos periodísticos. Salaverría, Ramón. 2005: “Redacción periodística en Internet”, Editorial Pablo de la Torriente)
2 Paula Gonzalo, “Un periodismo hecho para el ciudadano”, 19 de julio de 2008, Periodismociudadano.com


3 Celebrada en la ciudad suiza de Ginebra en diciembre de 2003
4 Moneda local esa región italiana que era de escaso valor
5 Linotipo, técnica que comenzó a utilizarse en 1886
6 Joseph Pulitzer (1847-1911), periodista estadounidense que en 1878 compró el St. Louis Evening Dispatch y el Evening Post, los que unió para fundar el Post-Dispatch y en 1887 adquirió el New York World, que bajo su dirección se convirtió en un periódico famoso por su sensacionalismo, sus revelaciones, sus reportajes extensos y detallados y sus cruzadas contra la corrupción.
7 William Randolph Hearst (1863-1951), destacado editor y político estadounidense que creó un imperio nacional de medios de comunicación. Precursor de los métodos sensacionalistas conocidos como periodismo amarillo Desarrolló la International News Service, una gran agencia de prensa. Empezó a producir noticiarios en 1911 y llegó a controlar una gran empresa de noticiarios y una compañía cinematográfica. En su vida se inspira el filme Ciudadano Kane, considerada por muchos críticos la mejor obra de la historia del cine.


8 Entre 1672 cuando se describió la primera máquina para producir una carga eléctrica hasta los aportes de Benjamín Franflin a mediados del siglo XVIII, el descubrimiento de la electricidad se puso a punto para su explotación.
9 El primer mensaje telegráfico se envió entre las ciudades de Washington y Baltimore en Estados Unidos en 1844, cuando Samuel Finley Breese Morse construyó una línea experimental entre esas ciudades. En Cuba la primera línea se estableció en 1853 entre La Habana y Batabanó.
10 Charles Tilston Bright (1832-1888), ingeniero británico tendió en 1853 el primer cable submarino entre Portpatrick (Escocia) y Donaghadee (Irlanda).
11 El teléfono fue patentado por Alexander Graham Bell en 1876, inauguró su primer servicio en la ciudad norteamericana de New Haven a fines de 1877 y llegó a Cuba en 1881. Dos años después, la Primera Guía Telefónica de La Habana contenía 422 suscriptores y en 1885 ya contaba con cerca de un millar.
12 Associated Press (AP), primera agencia informativa del mundo, fundada en Estados Unidos en 1848 por una red de periódicos neoyorquinos. En la actualidad constituye la mayor red de información periodística del planeta, con 240 oficinas distribuidas en 121 países y 3.700 profesionales en plantilla.
13 Julius Reuter (1816-1899), fundador de la agencias de noticias Reuter en 1851.
14 El cine fue patentado en 1895 por los hermanos Lumière y fue exhibido en La Habana en 1897, en la acera del actual cine Payret.
15 La radio se estrenó en los Estados Unidos en 1920 y se inauguró en Cuba en 1922. Ocho años después de su inauguración funcionaban 61 emisoras en todo el país, una cantidad proporcionalmente superior a las de Nueva York. Además los radioaficionados construyeron infinidad de pequeñas emisoras para trasmitir programas alternos. Esos datos ubicaron a Cuba en cuarto lugar en estaciones de radio en el mundo y en 1953 ya el 80% de los hogares contaran con esos equipos.
16 Aunque hubo emisiones comerciales de televisión desde antes, fue en 1950 que la misma se inauguró en Estados Unidos y casi inmediatamente, después se inauguró en Cuba Unión Radio Televisión Canal 4, la tercera planta televisiva de América Latina; mientras que en España la primera emisión pública de televisión tuvo lugar en 1956.


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