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martes, 12 de octubre de 2010

GRACIAS ALAN

La Habana, Cuba, Septiembre de 2010
Por Joisy García Martínez

La detención en Cuba el 3 de diciembre de un contratista estadounidense- por presunto espionaje- no ha tenido mucha divulgación al interior de nuestro país. La opinión pública nacional muy poca ha hecho a favor del injusto cautiverio.

Él no ha sido acusado formalmente por las autoridades, sin embargo lleva más de 10 meses en prisión cubana. Según el gobierno de los Estados Unidos, Gross no cometió ningún crimen.

La esposa Judy Gross por otra parte afirma, según el Nuevo Herald del viernes 24 de septiembre, que los equipos comprados eran para grupos judíos cubanos que no lo utilizarían con fines políticos. Según el artículo la larga detención de Gross se mantiene como un obstáculo importante para las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Opinión.

En épocas pasadas infiltrarse en el país con un cargamento de armas y explosivos era posiblemente suicidarse, y terminar frente a un pelotón de fusilamiento.
Los últimos presos acusados de terrorismo no fueron fusilados y sí castigados a largas condenas por las mismas autoridades que se han mantenido en el poder durante mas de 50 años.
Cuentan que Alan entró por el aeropuerto con la encomienda de regalar unas cámaras fotográficas y unos teléfonos celulares a ciudadanos cubanos.

Si los ciudadanos cubanos que recibirían estas “armas atómicas”, simplemente no comparten las mismas ideas que otros que dicen ser mayoría, y por esa razón los catalogan no afines al gobierno, si estos ciudadanos cubanos decidieron ser opositores pacíficos, o lo que sean, entonces no tendrían el inalienable derecho de poseer una cámara digital y un teléfono, no tendrían el inalienable derecho de recibir un regalo. Algo tan cotidiano que se convierte en tabú en suelo cubano cuando procede de alguien que no le conviene a nuestro gobierno. Algo tan normal que nos proporciona la tecnología digital.

Es increíble estar hablando tanto de “paz”, con tantos presos en el país, con tantas leyes que nada tienen que ver con la necesaria y urgente libertad ciudadana que nos falta.
No entiendo que articulo de los tantos que tenemos en nuestro país violó Gross, al querer regalar un teléfono y una cámara, lo que sí creo que las leyes que prohíben que un ciudadano cubano reciba un regalo de un vecino debieran ser derogadas.

Me cuesta trabajo creer que estemos en pleno siglo XXI y que las autoridades estén (actualizando el modelo económico) cuando lo que hay que actualizar es el modelo político, reivindiquemos la política y seremos un pueblo feliz.

Agradecer como cubano a Alan Gross no es suficiente, admiro y reconozco su solidaridad, un abrazo cubano les mando desde estas líneas a usted y a su familia.

joisygarcia@gmail.com

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